MI RECETA

Cuando de cocina se trata, cada uno tiene sus propios trucos y secretos...

y hoy quiero compartir con ustedes el mío:

No es un gran misterio, o una nueva técnica patentada o el ingrediente secreto mejor guardado...

Sólo se trata, además de escoger siempre los mejores, más frescos y finos ingredientes y de poner en práctica mi experiencia, de trabajar con muchísima alegría haciendo los rocotos rellenos con inmensas cantidades de cariño... Por eso me salen tan ricos (como me dicen siempre), porque los hago con el mismo amor con el que cocino todas esas cosas ricas de abuela para mis nietos... Porque preparo todos mis rocotos rellenos como si fueran para ellos, pensando en sus caritas cuando saborean con ganas y mucho gusto algo que yo les he preparado especialmente... Porque los preparo imaginando esas mismas sonrisas de satisfacción, no sólo porque está rico, si no también por saberse queridos y engreídos, en los rostros de cada uno de los clientes que piden y disfrutan uno de mis rocotos rellenos.

Por eso al final, y aunque suene a cliché, el truco sólo está en ponerle mucho amor a todo lo que se hace. Y no hay mejor ingrediente que el cariño que le ponemos a todo lo que hacemos con nuestras propias manos. Ese es y siempre será mi único secreto.